Conociendo a Natalie Merchant.

Conociendo a Natalie Merchant.

Algunos, pocos quizá, la conocéis como la ex cantante de 10,000 Maniacs; otros, algunos menos tal vez, como cantante solista: tremendo error.

Natalie Merchant no es una cantante al uso, una de esas artistas que suben al escenario a desgranar canciones sin ton ni son, en función de sus necesidades crematísticas. Tampoco es de esas que tratan de apabullar a su público con demostraciones de poderío o divismo con la guitarra o al piano (instrumento que domina como una virtuosa). Ella, Natalie, no es una más.

Natalie Anne Merchant nació el 26 de octubre de 1963 en Jamestown (Nueva York, USA). Su familia, padre de origen italiano (el apellido original de su padre era Mercante, apellido que americanizó al llegar a USA), madre de origen irlandés, tenía una gran afición a la música: el abuelo tocaba el acordeón, la mandolina y la guitarra, su padre el piano y su madre la guitarra.

A los 16 años, con un grupo de amigos de la universidad (John Lombardo, guitarra; Robert Back, guitarra; Steven Gustafson, bajo, Dennis Drew, teclados, y Jerry Augustyniak, batería), formó 10,000 Maniacs, uno de los grupos musicales más influyentes de los años 80' y principios de los 90'.
Los discografía del grupo, que tengo en su totalidad y que os presentaré más adelante, incluye canciones de una belleza y calidad apabullante, canciones que recorren estilos como el alternative pop/rock, el jangle pop, el indie rock o el collage rock.
En el año 1993 Natalie se marchó para iniciar una carrera en solitario. ¿Los motivos? La salida del grupo de John Lombardo, en 1986, y la necesidad de transitar por otros estilos más próximos a sus orígenes musicales: el folk, el country, el bluegrass, klezmer, canciones fronterizas, jazz, valses, cajún, etc. De su etapa en solitario tenemos joyas sonoras de incalculable valor musical y literario (sus textos son auténticos poemas): para muchos, Natalie es la versión femenina de Michael Stipe, el erudito vocalista de REM, una autora capaz de musicar, incluso, a Jack Kerouac.
Natalie es una artista con una larga y sólida carrera a sus espaldas, una mujer llena de coherencia social e inteligencia, autora de obras profundas y maduras, excitantes y emocionantes como pocas, poseedora de una voz expresiva y densa, madura y grave, de una extraña y cautivadora belleza.
En el año 2003 abandonó la música en directo: se casó con el andaluz Daniel de la Calle, su fotógrafo personal y cineasta, con el que tuvo una hija, Lucía; viven a caballo entre Nueva York y Málaga (España). A ella, a su hija, le dedicó 7 años de su vida... pero sin dejar de componer.
De esos años de sosiego y recogimiento familiar tenemos una nueva joya sonora, en forma de disco doble de nombre "Leave Your Sleep", que aún no tengo (¿Hay por ahí, entre los lectores del blog, algún alma caritativa que quiera regalármelo?). Publicado en abril de 2010, de momento sólo lo pude escuchar por Internet, y es, como suponía, un disco que desprende emoción y buen gusto, un disco que suena a un clasicismo intemporal, un trabajo que huye de los exhibicionismos vocales e instrumentales para concentrarse en la belleza de las canciones y en la profanidad de los textos.
El disco incluye poemas de la literatura británica de la época victoriana y moderna, como Christina Rossetti, Robert Louise Stevenson, Edward Lear o Gerard Manley Hopkins, y norteamericanos del siglo XX, como Edward Estlin Cummings, Jack Prelutsky o Ogden Nash.
Hay canciones en este doble disco que por si solas, individualmente, se merecen un reconocimiento especial: "It makes a change" (impresionante el momento en que entra la sección de vientos), "If no one ever marries me" (con una melodía de aires campestres, de esas que te dejan apabullado por su belleza), el magnífico blues "The Peppery Man", la genialidad oriental de "The king of China's daughter" o la calidez caribeña con aires de reggae a lo Desmond Dekker de "Topsyturvey-World".
Esta joya se presenta en un CD doble con edición de lujo y un extenso libreto que recoge los poemas musicados, una amplia semblanza de los poetas, una explicación detallada de cada obra y los créditos. Dado los tiempos que corren y el pirateo de Internet, estoy seguro que este disco no será, para Natalie y Andrés Levin (el otro productor), rentable: la exquisita presentación y la colaboración de más de cien músicos de primerísimo nivel, son inversiones de muy difícil recuperación económica.
Incluyo en la Gramola 23 canciones de Natalie Merchant, seleccionadas entre sus discos: "The house Carpenter's Daughter", "Ophelia", "Tigerlily" y "Motherland".

Para disfrutar, algo inédito de Natalie Merchant.
La Marimorena. 











La aventura poética de Natalie Merchant.

Fuente del archivo www.elpais.com


El deseo de crear nanas para niños y adultos ha llevado a la cantante a su proyecto más complejo: 130 músicos participan en los 26 temas de Leave your sleep. "Ginsberg me hizo comprender que la poesía te hace sensible a todo lo que te rodea"



Natalie Merchant (1963) entiende algo de castellano y estos días se siente intrigada por la polémica sobre las corridas de toros en Cataluña. Ocurre que ella conoció al padre de su hija, el fotógrafo español Daniel de la Calle, en una plaza de toros, "durante una gira que hicimos con REM". Vegetariana y ecologista militante, cabría imaginarla entre las filas de los prohibicionistas, "pero también puedo entender algo de la belleza del ritual, el reto a la muerte", afirma. Conoce ambas vertientes del debate, "soy especialista en llevar la contraría a quien tenga delante y he discutido frecuentemente con mi suegro, que es muy taurino". Resulta que ella incluso cantó un (hermoso) tema titulado The death of Manolete, con 10.000 Maniacs, a principios de los ochenta. Aunque aparece como autora de la letra, asegura que apenas escribió unos versos, "fue obra de uno de los músicos, tras ver un documental sobre Manolete". Con Natalie, 10.000 Maniacs era un grupo peleón. Así, eliminaron de un disco suyo la versión de Peace train, la canción de Cat Stevens, cuando supieron que el ahora llamado Yusef Islam apoyaba lafetua iraní contra Salman Rushdie. "Hacia 2004, cuando preparábamos un recopilatorio, recibimos una carta suya donde aseguraba que se habían tergiversado sus palabras. Puedo entenderlo: también me han manipulado declaraciones buscando el escándalo. Acepto que alguien se arrepienta de algo dicho en caliente, aunque sea una barbaridad. Así que recuperamos Peace train". Ya se sabe que el grupo continuó sin Natalie, con escasa fortuna, mientras ella despegó como solista gracias al impacto de Tigerlily (1995). Sin embargo, ha procurado mantener un equilibrio entre la carrera y la vida privada. Por ejemplo, hace siete años que Natalie no sacaba un disco con material nuevo. La razón se llama Lucía. "Tener hijos te transforma radicalmente, ya no hay margen para la vida bohemia. Todo gira alrededor de la nueva criatura. Durante el embarazo hasta volví a comer carne por consejo de los médicos... y ahora no soy una vegetariana ejemplar, consumo pescado. Según Lucia ha crecido, me he preocupado por regular la música, el cine, los libros que están a su alcance. No por capricho: he comprobado que las historias de Harry Potter provocan pesadillas. ¡Y no digo nada de las películas de Tim Burton!"
Consciente de que el proyecto no iba a despertar el entusiasmo de su disquera, decidió autofinanciarlo: "Para Leave your sleep, vendí una casa que teníamos en Hawai y así pude permitirme trabajar sin limitaciones. He colaborado con [el productor venezolano] Andrés Levin, pero no buscando sus conocimientos de lo latino: sencillamente, necesitaba a alguien que ordenara algo que me ha llevado un año entero sólo en las grabaciones, con 130 músicos y muchos estudios. Yo quería ser la traductora de mis intenciones, poder interactuar con mis invitados, sin preocuparme por cuestiones técnicas". Se puede sentir satisfecha: muchas de las canciones tienen aroma a temas tradicionales, con raíces angloirlandesas. "Gracias. Lo que ocurre es que el lenguaje de los poemas te sugiere formas folclóricas. Hay algo mágico, incluso místico, en ese proceso. Pero también aparecen músicos chinos; hay reggae o ritmos de Nueva Orleans, con la banda de Wynton Marsalis. Los instrumentistas han tenido maravillosas intuiciones: entendieron que no era un disco exclusivo para niños".Consciente de que el proyecto no iba a despertar el entusiasmo de su disquera, decidió autofinanciarlo: "Para Leave your sleep, vendí una casa que teníamos en Hawai y así pude permitirme trabajar sin limitaciones. He colaborado con
No alardea de experta en poesía. "Pensaba que leer poesía era una característica de la vida contemplativa y yo ejercía de activista. Pero Allen Ginsberg cambió mi actitud. Resulta que yo escribí algo sobre losbeats y eso le llamó la atención. Se me presentó y era como el tío loco que encuentras en casi todas las familias. Fuimos amigos en sus últimos años y me regalaba libros. Me hizo comprender que la poesía te hace sensible a todo lo que te rodea, que enriquece tus percepciones. En sus recitales, la palabra escrita se hacía arte vibrante. Era algo que podía aprovechar en mi música".
Junto a versos de E. E. Cummings, Robert Graves y Odgen Nash, abundan los textos de poetas de la era victoriana. "Me parece extraordinario que en aquella época se escribiera tanto nonsense, que personajes que hoy nos parecen solemnes se encerraran para evocar fantasías del tiempo infantil. Supongo que era una liberación frente a una existencia tan encorsetada. Y lo mismo en Estados Unidos, que venía del trauma de la Guerra Civil, una carnicería".
En su retorno, Natalie se encontró con una industria musical empobrecida, transformada por lo digital. Ella se había montado un estudio de grabación profesional, 24 pistas y una grabadora analógica que usaba cinta abierta. "Cuando tuve que desmontar el estudio, descubrí que nadie quería comprar esos aparatos. Finalmente, una universidad lo acogió como donación". En el conflicto de formatos, ella apuesta por lo físico: "Me gustan los discos con envolturas hermosas yLeave your sleep me ha obligado a hacer investigaciones para conseguir los derechos de fotos de autores que muchas veces habían nacido en el siglo XIX. ¡Igual termino acumulando también cajas de discos en el sótano! Bueno, hay una edición más barata, sólo con 16 canciones. Yo soy una persona táctil: si quiero leer un libro, no me sirve un aparato: necesito palpar el papel, subrayar algo, guardar un recorte del periódico...". Tiene pavor a que el disfrute total de la música quede limitado a unas élites. "Los directos siempre han sido mi fuerte, así que no hay problema en ganarse la vida con los conciertos. Pero veo que ahora se subastan las mejores entradas, puro capitalismo. Puede que terminemos como la ópera, un capricho para los muy ricos.





































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